domingo, 4 de diciembre de 2011

La música cambiante de Coltrane...

...durante (y después de) la disolución de su cuarteto, siempre dio la sensación de una extraña coherencia. Podía parecer música incoherente, pero la coherencia interna en una búsqueda cada vez más acelerada (quizás intuía su pronta muerte) era total. Los nuevos miembros (caso de Pharoah Sanders, p.ej.) no eran reclutados por su experiencia, sino por lo que podrían llegar a dar de sí despuntando en el grupo de Coltrane.

La idea del grupo como un líder con acompañantes se quedó anticuada de repente, y empezó a surgir un concepto más libre y horizontal de lo que significaba tocar en grupo. Horizontalidad es la palabra, como en cualquier movimiento colectivo donde las decisiones se toman por asamblea y de modo consensuado. El Jazz no había estado nunca menos jerarquizado, quizás en los inicios en New Orleans. El espíritu de los grupos comunales se reflejaba en los nombres de las bandas: por ejemplo el grupo de Archie Shepp y Don Cherry se llamaba "New York Contemporary Five". Si es cierto (demasiado consenso hay como para ser mentira) que Coltrane tomaba ácido habitualmente entre 1964 y 1967, ello no hace sino añadir una prueba más a la libre colectividad de sus conciertos, puesto que el LSD produce el efecto de un ideal de vida cooperativo y no jerarquizado.

John Coltrane descubrió que podía subir a un escenario con alguien que no tuviera ni idea de como hacer sonar un saxo tenor. Eso sí, si esa persona se tomaba demasiadas libertades y ocupaba demasiado tiempo en improvisaciones sin sentido, John le invitaba amablemente a abandonar el tablado.Pero en general, todo se trataba de sonido, y lo que él estaba provocando y escuchando era tan integrador que podría haber subido a una cabra al ecenario.

Contemplaba el sonido en un contexto enorme. Enorme. 'Trane estaba.mezclando la tradición del Jazz y el Blues, con la música clásica occidental, los ragas hindúes, y la música africana. Y todo en un escenario de gigantesca liberación con respecto a cualquier música que hubiera existido antes. Por eso, a partir de 1965, la mitad del público escapaba horrorizada ante el sonido que aquel grupo -quizás cambiante cada noche- estaba produciendo. Y de la otra mitad, unos permanecian hipnotizados y otros se unian al sentir de la banda y prorrumpían en extraños cánticos y bailes sin aparente sentido.

Lo cito porque es de rigor: esta columna está extractada, recortada y ampliada, de un modo totalmente free, de las páginas 202 y 203 del libro de Ben Ratliff  "Coltrane: historia de un sonido"

Una recomendación final: háganse con el doble CD "John Coltrane 4et, Live in France, July 27/28 1965". Estamos ante el canto del cisne del cuarteto clásico, Coltrane ya está entrando en su etapa más libre, y lo más importante, el sonido es excelente. Es un disco magnífico e imprescindible para culquier aficionado a la última época de Coltrane (sector moderado).



NO TENGAN MIEDO A CAMBIAR Y EVOLUCIONAR, LA VIDA ES ESO, NO HAY PORQUÉ AFERRARSE A UN PASADO INÚTIL

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